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Tipos de envases flexibles: ventajas y usos

Tipos de envases flexibles: ventajas y usos

En nuestra vida cotidiana nos encontramos con muchos tipos de envases flexibles: embalajes de chocolate, patatas fritas, pescado… Pero también con paquetes de toallitas húmedas, mascarillas desechables y otros productos no alimentarios. Su función no solamente es conservar el producto, sino además facilitar el transporte y su almacenaje en la fábrica y el comercio. Y para ello han de cumplir unas normas específicas de higiene y condiciones de transporte. Además, los envases se aprovechan para incluir información sobre el producto, hacerlo atractivo y llamar la atención de los posibles compradores.

¿Qué tipos de envases flexibles hay en el mercado?

Entre los envases flexibles se distinguen principalmente dos tipos en base a su estructura:

  • Monocapa: formados por una capa de un único material.
  • Multicapa: formados por varias capas de distintos materiales, optimizando el envase.

Pero, además, existen otros tipos de envases flexibles con características diferentes que les aportan su modo de fabricación. Estos son los principales.

Envases de dos soldaduras

Son los que tienen únicamente dos soldaduras en extremos opuestos y un termosellado inferior. Son apropiados para piezas sólidas de forma rectangular, como tabletas de turrón, barritas de cereales, pasteles alargados, toallitas húmedas, etcétera.

Envases de tres soldaduras

Son un clásico de embalajes flexibles y se usan cuando el producto no es rectangular. El producto se introduce en el envase y luego se cierra en su parte superior. Es simple y eficiente, y por eso se utiliza con frecuencia para envasar productos congelados como pescados, verduras, platos preparados

Envases de cuatro soldaduras

Similares a los envases de dos soldaduras, aunque están soldados en los cuatro lados. Primero se cierran tres lados, luego se introduce el producto y, finalmente, se sella la parte superior.

Puedes encontrarlos en el caso de productos en polvo o granulados (como el café o el cacao), pan de molde fresco o tostado, alimentos para mascotas o detergentes industriales. Es un embalaje flexible interesante desde el punto de vista del marketing, puesto que es resistente y permite mostrar el producto de forma atractiva.

envases de plastico para alimentos

Envases estables

Se conocen también como envases flexibles de fondo estable, ya que son envases con el fondo reforzado, de modo que el producto puede colocarse de forma vertical, mientras que el resto del envase es más flexible. Esto hace posible mostrar el producto de pie, de manera más atractiva para los clientes.

Este tipo de envase es frecuente para aperitivos, galletas y otros snacks. Además, se puede utilizar un sistema de autocierre en la parte superior, con lo cual resulta muy práctico para almacenar en el hogar.

Estos envases permiten empaquetar el producto con una atmósfera controlada mediante la inyección de nitrógeno que elimina el oxígeno residual. Así, el producto mantendrá todas sus cualidades intactas, como el sabor, olor y textura, evitando ablandamientos o enranciamiento.

Envases termoformados

El termoconformado o termoformado es una técnica de termomoldeado que consiste en calentar una lámina de un termoplástico, como el PET o el PVC, para que se pueda moldear con la forma que se desee. La lámina se coloca sobre un molde de aluminio, madera u otro material, impregnándola y creando una burbuja. Después, se troquela o corta para crear envases individuales.

Es un envase muy frecuente en todo tipo de industrias, pero es uno de los tipos de envases de plástico para alimentos más recurrentes. Por ello, se utiliza en bandejas para alimentos refrigerados, alvéolos para alimentos como bombones o cruasanes, y estuches tanto para alimentos como otros productos, incluso revistas. Sus posibilidades permiten crear blísteres que se pueden colgar (por ejemplo, para pilas u otros objetos pequeños) y cunas que protegen productos frágiles como cosméticos o medicamentos.

Envases al alto vacío

En este procedimiento, se extrae el aire que rodea al producto que se va a envasar, consiguiendo el vacío dentro del envase. Se utiliza sobre todo en la industria alimentaria, para productos como embutidos, carne, quesos o platos preparados. Al eliminar el oxígeno, se retarda la proliferación de bacterias y hongos, de modo que se alarga la vida útil del alimento.

Materiales más comunes en los envases flexibles

En los diferentes tipos de envases comentados hasta ahora encontrarás estos materiales flexibles:

  • Aluminio. Aísla el alimento de gases, rayos ultravioleta, grasas y vapor de agua. La desventaja es que se desgarra fácilmente, a no ser que se complemente con un material sintético.
  • Polietileno. Este es uno de los tipos de plásticos flexibles, económicos y aptos para el termosellado. Sin embargo, no es impermeable a los gases y el oxígeno, una característica a tener en cuenta en los envases de polietileno.
  • Poliéster. También conocido como PET, es rígido y tiene gran resistencia al impacto. Se puede hacer metalizado al vaporizarlo con aluminio, aumentando todavía más su resistencia.
  • Papel. Proporciona estabilidad y resistencia, es ecológico si se usa reciclado y suele utilizarse para la impresión exterior

Ahora que ya conoces las bases sobre los diferentes tipos de envases flexibles, seguro que te resultará mucho más fácil determinar el más adecuado para cada producto.

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