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Claves para preparar un embalaje sostenible, óptimo y seguro

Claves para preparar un embalaje sostenible, óptimo y seguro

Preparar un embalaje sostenible es de gran importancia para conseguir la preservación del medio ambiente. Las empresas son las que deben dar ejemplo con sus actuaciones ya que por el volumen de negocio que tienen, la cantidad de residuos que generan es mucho mayor que la de los particulares. Así pues, la optimización hacia la sostenibilidad en los embalajes es un punto clave para el cuidado del entorno.

¿Cuándo un embalaje se considera que es óptimo?

Para considerar como óptimo o sostenible a un embalaje, hay que tener en cuenta diversas cuestiones. La primera de ellas es el pensamiento clave de “menos es más”. Esto es, cuantos menos materiales se usen, mejor. Únicamente hay que emplear el envase y embalaje que sea necesario y no pasar de ahí.

Por otro lado, será imprescindible que los materiales del envase y del embalaje sean sostenibles y que su volumen y peso sea menor. Reducir el uso de plástico es una de las características principales de los empaques sostenibles, así como la que sea reutilizable en la medida de lo posible.

Otra cuestión muy importante es que tenga un ciclo de vida sostenible desde que se fabrica hasta que se transporta. Si puede ser reciclado, mejor y si en su fabricación se emplea poca energía y poca agua, aún mejor.

El impacto en la salud de los trabajadores es muy importante para que se considere un empaque sostenible, además, tampoco los componentes de estos materiales deben incluir componentes peligrosos para la salud humana o animal.

En definitiva, las características principales de este tipo de empaque serían la sostenibilidad tanto en su creación como a la hora de desecharlo, la seguridad para la salud y el medio ambiente y el minimalismo del propio embalaje evitando emplear material de más.

¿Cómo preparar un embalaje sostenible, óptimo y seguro?

Ahora que sabes cuáles son las características de este tipo de empaque, solo queda que te expliquemos cómo has de realizarlo en tu empresa para preservar la naturaleza de forma activa. Pues bien, hay tres pasos fundamentales que deberás cumplir y, a raíz de estos, podrás ir adaptando tu forma de embalar a las necesidades de tu empresa sin perder de vista el cuidado del medioambiente.

1. Uso de embalajes que sean sostenibles

Es decir, utilizar materiales que se puedan reciclar, como por ejemplo el papel, y que sean biodegradables. Si bien anteriormente era suficiente con que el material pudiera reciclarse, ahora hay que prever también que si acaba en un río, en el mar o en medio del campo este no altere en demasía estos entornos sino que se deshaga y se degrade sin demasiada complicación. Esto, obviamente, deja fuera de juego al vidrio y a los plásticos.

2. No excederse en el embalaje

Cada vez es menos común y gusta menos a los consumidores que un paquete traiga un embalaje excesivo. No es necesario una caja que duplique o triplique el tamaño del producto que alberga.

Como ya te hemos mencionado antes, menos es más. Además, esto permitirá que se incluyan más pedidos en el medio de transporte y las emisiones se reduzcan notablemente.

3. Intentar utilizar alternativas al plástico

El enemigo más actual de la naturaleza está siendo (además de las emisiones de CO2) el plástico. Este material tarda cientos de años en degradarse y está causando el deterioro tanto de entornos naturales como de especies animales que acaban enredadas en redes de plástico o que ingieren estas piezas y acaban muriendo de hambre.

Por tanto, evitar el plástico es otra de las claves para realizar un embalaje sostenible y que sea amigable con la naturaleza y el medioambiente.

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