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Tipos de embalaje: primario, secundario y terciario

Tipos de embalaje: primario, secundario y terciario

Existen muchos tipos de embalaje para conservar productos de forma temporal, buscando siempre la forma más sencilla de almacenarlos, manipularlos y transportarlos. Además, los envases también protegen el contenido, informan sobre el mismo e indican si deben trasladarse con mayor seguridad o cuidado.

El packaging o embalaje en un comercio es un punto diferenciador que puede atraer clientes e incentivar las ventas. Algunos están pensados con todo detalle y cuidan el diseño pensando en la identidad corporativa que pueden transmitir. Durante el proceso de ventas y distribución, puedes marcar la diferencia si prestas atención a este aspecto.

Diferencias de los tipos de embalaje

Embalaje primario

Es el que protege al producto de forma directa. Por ejemplo, los típicos vasos del café para llevar.

Este tipo de embalaje debe ser muy llamativo a la par que funcional porque se expone directamente al público. Si el producto que utilizan tiene un envase atractivo, aumentan las probabilidades de que quieran seguir consumiéndolo. En muchas ocasiones, el embalaje motiva a que un consumidor adquiera un producto.

Se puede decir que es el verdadero envoltorio de un producto. Es el envase en el que se encuentra, por ejemplo, una bebida. Este envase protege directamente al producto. En cualquier tipo de comercio electrónico es fundamental cuidar este empaquetado para que sea muy atractivo, ya que lo recibirá un cliente.

El embalaje primario es una botella, un envase de plástico, cartón, vidrio o una bolsa de plástico. Si este tipo de envase es reutilizable, es conveniente que esté correctamente diseñado para que en su posterior reutilización los clientes puedan promover tu marca.

Embalaje secundario

Las cajas que contienen uno o varios productos también son un gran ejemplo. Este tipo de envase, además de facilitar el traslado de un producto, también se utiliza para ofrecérselo a los consumidores. En algunos supermercados y grandes superficies puedes encontrar productos sobre un palé para que te sirvas tú mismo.

Este tipo de envases, en ocasiones, sorprende tanto como el embalaje primario. Últimamente, puedes encontrar cajas de botellas de ginebras, vodkas o vinos con diseños muy cuidados y con un embalaje primario más prometedor si cabe.

En esta ocasión, la finalidad del envase es crear una unidad de carga para poder trasladar y reservar el producto. Un ejemplo de embalaje secundario son las cajas de carga para transportar o almacenar. En este tipo de embalajes también se ubican el cartón corrugado o las cajas plegables.

Normalmente, el packaging secundario contiene al primario, haciendo de refuerzo, contención y protección a la hora de manipular la mercancía. Este envase también puede utilizarse para ofrecer a los usuarios el producto.

Embalaje terciario

Corresponde a la primera imagen que recuerdas cuando piensas en una caja de cartón. Una caja de gran tamaño que contiene mucha cantidad de producto y que se guarda en un almacén hasta que puede venderse o trasladarse.

La finalidad de este envase es transportar y proteger las mercancías para poder garantizar que lleguen a destino en perfecto estado, a pesar de haber tenido que recorrer varios procesos.

Este embalaje suele estar fabricado en cartón resistente y duro para evitar la rotura del continente.

El embalaje terciario envuelve a los otros dos tipos de embalaje. El envase se encarga de soportar y agrupar los embalajes secundarios evitando daños durante el período de transporte, depósito y manejo de la carga. Es decir, es una caja de gran tamaño que contiene cajas pequeñas en su interior con diversas cantidades de productos que deben almacenarse hasta su venta.

El material de este embalaje debe ser muy resistente, por ello, se utilizan o cartones ondulados, que puedes encontrarlos en diversos tipos de grosor, o cajas o contenedores de madera. También se consideran embalajes terciarios los palés, el film de plástico, las cantoneras y todos los elementos que faciliten mantener una estructura unitaria de carga para almacenar o transportar productos.

Funciones principales de los diferentes tipos de embalaje

En función del tipo de producto que se envase ya hemos visto que podemos clasificar los embalajes en primario, secundario y terciario. De entre sus funciones principales cabe destacar las siguientes:

Contención

Aseguran el producto que está en el interior de un envase. Es decir, lo protegen para que se pueda manipular de forma sencilla y eficaz ofreciendo información útil acerca de la mejor forma en la que se puede transportar durante el proceso de distribución.

Personalización

Esto es algo adicional y tiene como objetivo fidelizar clientes y atraer más ventas. Es fundamental en cualquier tipo de comercio electrónico, ya que permite personalizar los pedidos y aumenta la satisfacción de los clientes cuando reciben un paquete en un perfecto estado.

Como has podido comprobar, es fundamental prestar atención al diseño y la forma de los embalajes de tus productos para que los clientes los reciban en las mejores condiciones.

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